viernes, 22 de mayo de 2015

La Política en la Edad Media: Imperio, Papado y monarquía

Las invasiones de los pueblos germanos de los siglos IV y V pusieron fin al Imperio Romano
de Occidente y establecieron, en su lugar, una serie de reinos independientes. Sin embargo,
el ideal imperial no desapareció y cuando el reino franco se convirtió en el más poderoso y
más importante aliado de la Iglesia el propio Papa coronó como emperador a Carlomagno. La
posterior desintegración del Imperio carolingio y el surgimiento del régimen feudal en Francia
no pusieron fin a la aspiración de reconstituir un gobierno universal para la cristiandad europea; el ideal imperial romano sobrevivía.:



UBICACIÓN GEOGRÁFICA:


 Otón I

La Querella de las Investiduras 

Se llama Querella de las Investiduras al conflicto que protagonizaron el papado y los emperadores germanos
Enrique IV y Enrique V a lo largo del período 1075 a 1122.

Lo que disputaron papas y emperadores fue: ¿de quién es
la autoridad suprema para otorgar su cargo y dominio a
obispos y otras altas autoridades de la Iglesia en el territorio
del Sacro Imperio Romano Germano? Hasta ese momento,
en la ceremonia de investidura de un eclesiástico, el
emperador entregaba los símbolos de poder temporal,
el más importante de los cuales era el cetro, y los de
autoridad espiritual, el anillo y el báculo. 



En la práctica, esto significaba que era el emperador quien nombraba a los obispos (superior de una diócesis) y abades (superior de un monasterio).

El Sacro Imperio Romano Germano estaba conformado por
una gran cantidad de dominios, cada uno de los cuales era
gobernado por un rey, un duque, un conde, un obispo, un
abad u otro señor. A este conjunto de nobles se les llamaba
príncipes. Había también territorios regidos directamente
por el emperador. Para mantener su autoridad sobre el
conjunto, los emperadores debieron constantemente
enfrentar las ambiciones de los príncipes. 

Por otra parte, la retribución de las funciones pastorales mediante la entrega de feudos provocó también una feudalización de la Iglesia
católica. Ante esta situación, el poder papal intentó retomar
el control y centralizar nuevamente el poder en la figura del
Pontífice.

En 1074, el Papa Gregorio VII decretó el celibato para
todos los clérigos católicos y prohibió terminantemente la
práctica, común en la época, de compra o venta de cargos
eclesiásticos (simonía). La mayoría de los obispos, abades
y demás príncipes de la Iglesia del Imperio rechazó estas
órdenes y las desobedeció abiertamente, lo que tenía
relación con su condición de señores feudales: cada cargo
estaba asociado a un dominio (feudo) que se podía traspasar

como herencia solo si el señor tenía descendientes.

Papa Gregorio VII

Enrique IV



Gregorio VII, que estaba convencido de la necesidad de
fondo residía en que en sus dominios a las autoridades de la Iglesia. 1075 decretó el fin del derecho a investir a los clérigos
de que gozaban los emperadores, lo que desencadenó
un prolongado y cruel conflicto entre las dos máximas
autoridades de la cristiandad occidental conocido como
Querella de las Investiduras. Finalmente, en 1122, el Papa
Calixto II y el emperador Enrique V llegaron a un acuerdo,
el Concordato de Worms, que establecía que existiría una
doble investidura de los príncipes de la Iglesia: una temporal,

dada por el emperador, y otra espiritual, otorgada por el Papa.



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