COLEGIO FÉNIX
ASIGNATURA HISTORIA,
GEOGRÁFÍA Y CIENCIAS SOCIALES.
UNIDAD 1 LOS
PRIMEROS SIGLOS DE LA EDAD MEDIA
PROFESORA:
CONSTANZA VEGA N.
GUÍA DE REFORZAMIENTO
Objetivo: Establecer relaciones entre
el desarrollo histórico en la Antigüedad y la Edad Media.
1. INDICACIONES:
·
TRABAJA EN ESTA GUÍA CON TU COMPAÑERA O COMPAÑERO
DE PUESTO.
·
CON UN DESTACADOR, SUBRAYA LAS IDEAS QUE TE
PAREZCAN MÁS RELEVANTES PARA COMPRENDER LAS CAUSAS DE LA CRISIS DEL IMPERIO
ROMANO DE OCCIDENTE.
·
AL FINALIZAR, CONTESTA LAS PREGUNTAS.
LA CRISIS DEL IMPERIO ROMANO
Entre los
siglos III y V, el Imperio Romano, que había llevado sus conquistas desde las
Columnas de Hércules hasta los ríos Tigris y Eufrates y, en sentido norte-sur,
desde los ríos Rhin y Danubio hasta el norte de África, convirtiendo al Mar
Mediterráneo en un “lago romano”, entró en un período de agudas crisis que,
finalmente, llevaron a su decadencia y caída. Conviene que nos detengamos un momento
en el tema de la crisis del Mundo Antiguo, puesto que es una crisis
originante, de manera que el fin es, al mismo tiempo, un comienzo, gracias a la
lucidez de los protagonistas de aquella época, que supieron rescatar lo mejor
del mundo que terminaba para fundar otro. Como sabemos, las crisis en sí no
son negativas, si se encuentran las respuestas históricas apropiadas; no
obstante, cuando ello no ocurre, se acumula una crisis detrás de otra,
agravando cada vez más la situación, llevando finalmente al colapso. Eso fue lo
que, de una u otra manera, aconteció con el Imperio Romano.
La crisis de
Roma puede ser catalogada como una crisis total, por cuanto abarcó
prácticamente todos los niveles de existencia histórica. El fin del
expansionismo romano, por ejemplo, afectará a distintos ámbitos del Imperio; de
algún modo, significaba pasar del plano del ideal -la conquista del mundo, dada
la vocación universal de Roma-, al de la realidad -no es posible continuar
expandiéndose más allá de las fronteras, estabilizadas desde el s. III- y al de
la ficción -esto es, se sigue actuando como si el ideal ecuménico continuase
vigente-. Sin conquistas, ya no habrá botín, y, en consecuencia, faltará una
importante fuente de recursos para el Estado así como un incentivo para el
ejército. Éste, por su parte, no contaba con el número suficiente de efectivos
para defender las extensas fronteras, lo que obligó a contratar bárbaros,
especialmente germanos, tantos que, para el siglo IV, miles (soldado) era
sinónimo de bárbaro. Además, el ejército no estaba en buenas condiciones para
hacer frente a las acometidas -cada vez más numerosas- de los bárbaros en las
fronteras: a la indisciplina y falta de recursos y entrenamiento, hay que
agregar el hecho de que no se hicieron las innovaciones técnicas adecuadas para
enfrentar a los enemigos externos del Imperio. Contrasta este hieratismo romano
con el caso del Imperio Chino en el siglo II a.C., cuando, enfrentado a la
amenaza de los Hiung-nu (antepasados de los hunos), caballeros armados, se
cambió la táctica de guerra adoptando el sistema de caballería y repeliendo así
en forma exitosa a las hordas bárbaras. Roma, no obstante, siguió confiando en
la legión que había hecho grande al Imperio. Un ejército gravoso y poco
efectivo implicará que el imperio no es capaz de garantizar la paz dentro de
sus fronteras, lo que genera una inseguridad generalizada; algunos hombres
poderosos contratarán, en consecuencia, mercenarios a su servicio, “los
buccellarii”, situación anómala y que combatirá el Imperio -puesto que no se
puede aceptar la existencia de ejércitos privados dentro del estado-, aunque
finalmente sin éxito.
Esto último,
la crisis y decaimiento del espíritu militar, estará, pues, en directa
relación con el debilitamiento del espíritu cívico, público, que lleva a que la
ciudadanía ya no considere los cargos públicos como un honor sino como una
pesada carga. Un ejemplo es el de los curiales, funcionarios encargados de
recaudar los impuestos; una ley del año 396 prohibía a los curiales abandonar
sus puestos, por mostrarse impíos hacia la patria. Para evitar que los
funcionarios o los soldados dejasen sus puestos, el Imperio aplicó un sistema
de fijación social: las personas debían permanecer en sus ocupaciones y en sus
lugares de nacimiento de por vida, lo mismo que sus hijos. Ello implicaba, no
obstante, una pérdida de libertad del hombre, no ya un ciudadano, sino un
súbdito de la Majestad Imperial. Ésta, influida por las formas políticas
orientales, especialmente de Persia, había entrado en un proceso de
absolutización y sacralización del poder, proceso que alcanzará una acabada
expresión con Diocleciano (284-305), emperador que aplicó una serie de reformas
que vinieron a dar un respiro a la agotada maquinaria imperial; sin embargo, se
trataba de medidas de alcance solamente temporal, que no servirán para salvar
Roma, aunque algunas de las reformas tendrán una amplia repercusión en tiempos
posteriores. Es, pues, con este emperador, que el Imperio se convierte en una
suerte de Monarquía Absoluta, en la cual el emperador es un dios, cuya palabra
tiene fuerza de ley, ante el cual hay que hacer una profunda reverencia hasta
caer postrado, llamada proskynesis; el culto imperial se transforma en religión
oficial del estado; es la época del Dominado, porque el emperador es el “señor”
(dominus). Entre otras medidas tomadas por Diocleciano podemos nombrar la
descentralización de la administración con el sistema de la Tetrarquía.
Roma tenía una economía de gasto, de
conquista, y, a medida que avanzamos en el tiempo, el gasto va en aumento, de
tal manera que llega un momento en que las necesidades exceden la capacidad de
producción, y la insatisfacción de las primeras acarrea a la larga frustración
y pesimismo en la sociedad. El Imperio no tenía un sistema productivo
eficiente, no poseía industria ni capacidad de inversión; la única salida para
aumentar los ingresos del estado era elevar los impuestos, cuya base será la
tierra; ya que no se podía confiar en una moneda progresivamente devaluada, se
cobrará el tributo en especie (que implicaba normalmente la pérdida de dos
tercios de la recaudación), lo que es en la práctica una economía natural,
frente a la economía monetaria que había sido la nota característica de Roma.
El aumento del impuesto y el consiguiente agobio tributario se tradujo
rápidamente en elevados índices de evasión y corrupción; en un intento por
detener este fenómeno, la burocracia imperial se transforma en un sistema de
fiscalización y el Imperio en un verdadero “estado policíaco”, utilizando una
terminología moderna.
Característico de esta época es, pues, el desequilibrio, entre la resistencia
del limes (frontera) y la presión de los bárbaros, entre el costo de la guerra
y los recursos del Imperio, entre producción y consumo, entre la atracción de
la ciudad y la del ámbito rural, entre la autoridad senatorial y la imperial,
etc.
Además, se
irá acentuando cada vez más la diferencia entre la Parte Occidental y la
Oriental del Imperio, ya dividido desde el año 395, a la muerte del emperador
Teodosio el Grande (379-395). El Occidente, eminentemente latino, empobrecido,
ruralizado, contrasta con el Oriente, esencialmente helénico, rico, con una
economía monetaria sólida, de carácter urbano y mejor defendido. A la larga,
será precisamente el Imperio Romano de Oriente el que logrará sobreponerse a
las adversidades, prolongando la historia de Roma por todo un milenio: es lo
que conocemos como Imperio Bizantino o Imperio Griego Medieval, que sólo caerá
en manos de los turcos en 1453. Occidente, agobiado por los problemas, morirá
en 476 de enfermedad interna -algunos de cuyos síntomas hemos explicado
brevemente-; las invasiones bárbaras jugaron un rol importante en el proceso,
es cierto, pero no lo explican por completo. En rigor, lo que sucedió ese año
fue que el Imperio Romano perdió sus provincias occidentales
Fuente: Artículo de
José Marín, [en línea]: >http://jmarin.jimdo.com/art%C3%ADculos/notas-sobre-la-edad-media/el-fin-del-mundo-antiguo/<.
2. CUESTIONARIO
De acuerdo a lo que el autor expone
en el artículo contesta:
a) ¿Cómo define el autor de este
artículo a la crisis del Imperio Romano de Occidente?
b) ¿Cuáles fueron las causas de la
crisis económica del Imperio?
c) ¿Cómo se vio afectada la sociedad
con esta crisis?
d) ¿A qué se refiere con “el
decaimiento del espíritu militar” romano?
e) ¿Qué diferencias existían entre el
Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente?
Muy interesante, falta hacer mas enfasis VB en la toma del imperio por las invasiones Bárbaras.
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